16 de junio de 2008

Prólogo

De la RAE...

Mercado:
Sitio público destinado permanentemente, o en días señalados, para vender, comprar o permutar bienes o servicios.

Mente:
Potencia intelectual del alma... Designio, pensamiento, propósito, voluntad... Conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo...


El autor de este espacio, que gusta hablar de sí mismo en tercera persona, tiene un sueño. Ese sueño es el mercado de mentes. Un lugar donde las almas, los designios, los procesos y demás manifestaciones de la mente se intercambien unos con otros entre todos los aparentes dueños de las mismas.
Somos nuestra mente pero nuestra mente nos domina.

Entonces jamás terminamos de ser algo que nos controla. ¿Cómo ser lo que define lo que somos?

Pero nos gusta ser. Y nos gusta dominar. Tal vez no ejercitamos la mente por miedo a que no seamos, y ese concepto vago de existencia (que no es nada más que la combinación tiempo+espacio) cese, paradójicamente, en nuestras mentes.


El autor tiene un sueño, pero elige que no se lo coman dormido.

Un intercambio de vida tan utópico como el propuesto arriba es algo con lo que jamás se va a llegar con filosofía barata y zapatos de goma. Es un proceso. Un largo proceso que llevará al entendimiento de la vida y la mente. Llámeselo iluminación, paraíso, o cualquier concepto metafísico que se le quiera aplicar.


El que escribe esto, no sólo detesta la repetición de sustantivos; sino que además gusta de adaptar sus sueños a situaciones reales.


Vivimos en un mundo donde la mente está relegada, engañada... El poder del hombre no radica en sus armas, sino en su mente. Con lo dicho arriba, el poder de un hombre no es propiamente suyo. Sino de un ente paralelo a él. El poder del hombre es inexistente en tanto el hombre es intexistente.

Y hoy por hoy el hombre existe. Y existe en condiciones en las cuales su vida casi no le permite gozar de el sano y hermoso ejercicio de dejarse dominar por su alma.
La vida hoy no se está viviendo. Estamos dominados por ficciones. Estamos relegados por la indiferencia. Jamás vamos a interactuar entre nosotros más que de forma llanamente superficial (por lo menos en el corto plazo).


Entonces... Qué busco? Qué quiero? Qué es esto?


Soy realista. Pido lo imposible. Soy un comprometido con mi entorno. Tan sensible como detestable. Tan frío como humanitario. Mi convicción se basa en la información. Mi sueño se va a lograr una vez que se de la armonía de la vida.
Y esto se logra con pasos cortos pero en la dirección correcta.
Cambiar el mundo, sí.
Informar? No.
Generar sed de conocimientos. Sed de información. Explicar el real poder de las palabras. Ni siquiera explicarlo... Transmitirlo a través de más palabras.

Demasiado para un simple prólogo.




Bienvenidos a un intercambio permanente de mentes canalizadas en, por lo pronto, un sólo cerebro.